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22/8/2022
Equipo Converso Comunicaciones

¿Qué se gana con un Plan de Comunicación Interna?

Numerosos estudios de universidades y centros de estudios afirman que en aquellas organizaciones donde se crean mejores ambientes laborales y se aborda de forma adecuada la comunicación interna -por distintos factores que vamos a pasar a detallar a continuación-, la productividad se ve fuertemente beneficiada.

Esta conclusión, que podría ser intuitiva, choca con la realidad de las organizaciones. Y es que, en la práctica, actualmente son pocas las empresas que emplean planes estratégicos de comunicación interna; es decir, no se dimensiona de forma generalizada lo trascendental que puede llegar a impactar una herramienta de estas características.

La planificación en este ámbito es fundamental. Incluso hemos notado, en algunas de nuestras asesorías, que el simple hecho de realizar diagnósticos y que los colaboradores se den cuenta que se está intentando efectuar mejoras en la comunicación interna, genera un impacto positivo inmediato. En esa línea, el diagnosticar en qué piso se encuentra la interna nos ayuda a poner en perspectiva la estrategia a desarrollar en adelante, que necesariamente viene de esa toma de “temperatura”. Cada caso tiene sus particularidades. Cada organización tiene sus cualidades propias.

Posteriormente,viene la etapa de aplicación de la planificación, independiente del tipo de estrategia implementada. Es en esta fase donde ya los colaboradores poco a poco van sintiendo mayor involucramiento, percepción real de que sus ideas efectivamente pueden ser tomadas en cuenta para ajustar ciertos procesos operacionales o administrativos, o incluso recalibrar la hoja de ruta estratégica de una organización. El sentirse escuchado, es sentirse importante en el camino al éxito de nuestra institución.

Finalmente, tras la implementación de un plan, asoman los efectos positivos como resultado de todo el trabajo y planificación: mayor horizontalidad en la comunicación, más compromiso de los equipos con la empresa y sus objetivos, aumento en la confianza hacia los altos mandos, mayor motivación para realizar las tareas propias, y al mismo tiempo de colaborar con los compañeros. A fin de cuentas, ser parte de un equipo en organización implica que cada individuo empuje y bogue por un propósito colectivo, tal como ocurre con un equipo de fútbol o de rugby: el aporte personal se transforma en una meta de todos.

Formar parte de un grupo que rema para el mismo lado, que cuenta con una comunicación fluida,que se identifica con un estilo de cultura organizacional determinada y genera orgullo por ello, redunda no solo en que los índices de productividad y el logro de las metas se cumpla con mayor facilidad que si esos factores no estuvieran; sino además en que cada trabajador se convierte en un “embajador” de la organización de manera natural.

Los colaboradores son la primera fuente de información de una empresa o una institución hacia el exterior, una primera línea en la relación con el entorno y los stakeholders. Y ese solo valor reputacional, por sí solo, recalca la importancia de potenciar de forma permanente la comunicación interna.

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